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Alimentos Transgénicos

¿Qué son y de dónde salen los alimentos transgénicos?

Desde tiempos ancestrales el ser humano ha ido alterando los genes de animales y plantas mediante técnicas de selección artificial, generación tras generación, hasta conseguir la especie con las características deseadas: solo hace falta pensar en los perros que, desde los chihuahuas a los San Bernardo, descienden del lobo[1].

En las últimas décadas, con el avance de la ciencia y la tecnología, se han desarrollado técnicas de ingeniería genética que permiten introducir en un organismo genes de otra especie distinta para obtener un beneficio, el resultado de esta combinación es lo que denominamos organismo modificado genéticamente (OMG). Por ende, los alimentos modificados genéticamente son aquellos que contienen, están compuestos o han sido producidos a partir de OMGs y los conocemos, popularmente, como alimentos transgénicos[2].

¿Cuáles son las funciones de los alimentos transgénicos?

La inserción de genes específicos en otras especies mediante la ingeniería genética ha permitido crear alimentos con características específicas que suponen una mejora como:

·       Crear alimentos más nutritivos y palatables.

·       Obtener cultivos más resistentes a la sequía y a enfermedades, que requieren un menor uso de agua, fertilizantes y pesticidas.

·       Alargar la vida útil de los alimentos, reduciendo, de esta manera, el desperdicio alimentario.

·       Obtener un crecimiento más rápido de animales y plantas.

·       Reducir algunos compuestos naturalmente presentes, pero no deseables, en ciertos alimentos (como la solanina en las patatas).

·       Obtener alimentos “medicinales” que podrían usarse como vacuna o medicamentos[3].

Así pues, las principales funciones de los alimentos transgénicos podríamos decir que son, principalmente, dos: cuidar el medio ambiente reduciendo el uso de pesticidas y el desperdicio alimentario y mejorar la alimentación del ser humano creando alimentos más nutritivos e inocuos.

 

Ejemplos de alimentos transgénicos

Hace más de 25 años se desarrolló y comercializó el primer alimento transgénico, el tomate Flavr Savr, un tomate que una vez maduro tardaba más en estropearse que los tomates naturales[4]

Desde entonces, se están utilizando técnicas de ingeniería genética para mejorar diferentes cultivos como, por ejemplo, la inserción de un gen bacteriano a una variedad de maíz que le confiere resistencia a los insectos, disminuyendo así la necesidad del uso de pesticidas[5].

Otro ejemplo interesante de la aplicación de estas tecnologías es el llamado “Golden Rice” o “Arroz Dorado”, en el cual se han insertado los genes necesarios para la producción de beta-caroteno, un pigmento vegetal que se transforma en vitamina A en el organismo. De esta manera, se obtiene una variedad de arroz enriquecida en beta-carotenos que resulta muy prometedora para países donde el arroz es el sustento principal y el déficit de vitamina A supone un problema de salud pública[6].

Hasta ahora, hemos visto ejemplos de alimentos transgénicos de origen vegetal, pero también existe un alimento transgénico de origen animal que se comercializa hoy en día: el salmón AquAdvantage. Se trata de un salmón atlántico de piscifactoría que ha sido modificado genéticamente para que exprese la hormona del crecimiento durante todo el año, de manera que alcanza un tamaño y peso mayor respecto los salmones atlánticos no modificados genéticamente[7].

¿Son los alimentos transgénicos perjudiciales?

Desde que salieron a la luz, los productos transgénicos han ido acompañados de mucha polémica, principalmente entre grupos ecologistas (detractores) y sociedades científicas (partidarias).

La inocuidad de estos productos podemos abordarla por dos vertientes distintas: la inocuidad para la propia salud del ser humano y la inocuidad respecto el medio ambiente.

En lo referente a la salud humana, los principales objetos de debate son la seguridad de estos alimentos por la supuesta capacidad que podría tener el producto final de provocar una reacción alérgica o que sean tóxicos, cambios genéticos dañinos o inesperados y la posible transferencia de genes modificados a otras especies salvajes. Aun así, no hay motivos por los que alarmarse, ya que todos los alimentos genéticamente modificados que encontramos actualmente en el mercado han pasado evaluaciones de seguridad en las que no se han mostrado efectos adversos sobre la salud humana3.

En cuanto a los aspectos medioambientales, diversas organizaciones ecologistas insisten en que la coexistencia de transgénicos con especies convencionales no es viable, alegando que la contaminación genética (de transgénicos a especies salvajes) no se puede evitar[8]. Según un informe publicado en 2016 en el que se analizaban más de 900 estudios científicos del impacto de los cultivos de transgénicos, no se encontró evidencia de relaciones de causa y efecto entre los cultivos transgénicos y problemas ambientales. Aun así, en la naturaleza es complejo evaluar los cambios ambientales a largo plazo, con lo que no se puede llegar a conclusiones firmes y definitivas, sino que hay que continuar haciendo un seguimiento[9].

¿Cómo se identifican los alimentos transgénicos?

A los alimentos que contienen o están compuestos por OMGs, o bien han sido producidos a partir de un OMG se les denomina “Alimentos modificados genéticamente” y se encuentran regulados por el Reglamento (CE) No 1829/2003 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre alimentos y piensos modificados genéticamente. Existen en la UE más de 60 OMGs autorizados, entre los que se encuentran variedades de maíz, algodón, soja, colza y remolacha. Estos productos están obligados por ley a informar en el etiquetado de la presencia de OMGs. Además, la legislación europea regula también el procedimiento de autorización para la comercialización de alimentos modificados genéticamente, para la cual se someten a evaluaciones que garantizan así la seguridad tanto para la salud humana como para el medioambiente2.

 

 

 

 

[1] Rodríguez-Alonso G, Arredondo-Peter R. Cómo se convirtió la maleza en cultivo y el lobo en mascota. La Unión de Morelos [Internet]. 2012 [citado 2020 Nov 24];37. Disponible en: http://www.fc.uaem.mx/~arredondo/Ref. 23.pdf

[2] Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). OMGs: Organismos Modificados Genéticamente. [Internet]. [citado 2020 Nov 24]. Disponible en: https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/web/para_el_consumidor/ampliacion/omgs.htm

[3] MedlinePlus. U.S. Natinal Library of Medicnie. Genetically engineered foods. [Internet]. Review Date: 14/07/2018 [citado 2020 Nov 25]. Disponible en: https://medlineplus.gov/ency/article/002432.htm

[4] National Human Genome Research Institute (NIH). 1994: FLAVR SAVR Tomato [Internet]. Last updated: May 06, 2013. [citado 2020 Nov 25]. Disponible en: https://www.genome.gov/25520336/online-education-kit-1994-flavr-savr-tomato

[5] Phillips T. Genetically modified organisms (GMOs): Transgenic crops and recombinant DNA technology. Nat Educ. 2008;1(1):213.

[6] Glover D, Kim SK, Stone GD. Golden Rice and technology adoption theory: A study of seed choice dynamics among rice growers in the Philippines. Technol Soc. 2020;60.

[7] U.S. Food and Drug Administration (FDA). AquAdvantage Salmon Fact Sheet | [Internet]. 15/04/2020 [citado 2020 Nov 25]. Disponible en: https://www.fda.gov/animal-veterinary/animals-intentional-genomic-alterations/aquadvantage-salmon-fact-sheet

[8]  Greenpeace España. Transgénicos [Internet]. [citado 2020 Nov 25]. Disponible en: https://es.greenpeace.org/es/trabajamos-en/agricultura/transgenicos/

[9] National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine. Genetically Engineered Crops: Experiences and Prospects. Chapter 4. Agronomic and Environmental Effects of Genetically Engineered Crops. 2016. Washington, DC: The National Academies Press. doi: 10.17226/23395.